El 23 de junio de 2022, el PNUD y ONU Mujeres realizaron un evento virtual colaborativo para lanzar el informe titulado “Respuestas gubernamentales al COVID-19: Lecciones sobre igualdad de género para un mundo en crisis”, en el que legisladores y activistas de la sociedad civil discutieron las implicaciones prácticas de la respuesta pandémica al COVID-19 y las decisiones de formulación de políticas en el futuro. El evento se centró en los hallazgos del informe elaborado a partir de los datos del Rastreador Global de Respuestas de Género de la COVID-19, una herramienta que ha monitoreado las dimensiones de género de las respuestas COVID-19 de gobiernos de 226 países y territorios de todo el mundo.
El evento comenzó explicando el impacto de las crisis mundiales actuales que han exacerbado las desigualdades de género existentes, incluida la crisis climática en curso, la guerra en Ucrania y la pandemia de COVID-19.
De cada cuatro personas que han integrado los grupos nacionales de trabajo para la respuesta al COVID-19 e 226 países, solo una es mujer.
El informe demuestra que las estructuras de gobernanza de respuesta a la crisis del COVID tanto globales como regionales y nacionales tenían sesgos de género, lo que demuestra que la igualdad de género debe considerarse un problema de gobernanza. Las ponentes destacaron la oportunidad que tienen los gobiernos para prepararse de mejor manera frente a próximas crisis de una forma que asegure una mejor integración de las necesidades, intereses y puntos de vista de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
Los hallazgos del informe visibilizan que la asignación tradicional de recursos y las decisiones tomadas durante la crisis deben de ser revisadas y modificadas a la luz de las evidencias. Las consecuencias de las crisis mundiales incrementan la violencia sexual, la inseguridad alimentaria, la inflación, y los desastres climáticos; y sus impactos afectan de forma desproporcionada a las mujeres y las niñas tanto económica como socialmente.
El informe señala que la crisis mundial es la “nueva normalidad”, y los estados miembros de la ONU deben aprender a responder de manera más efectiva. Obtener información desagregada de la situación y los impactos de las crisis en las mujeres en su diversidad será esencial para reformar las respuestas gubernamentales y hacerlas más efectivas en términos de igualdad de género.
La investigación identificó importantes diferencias dentro de los países en la respuesta al COVID-19. Si bien algunos países pusieron en marcha políticas y programas para abordar impactos derivados del incremento de la violencia de género o de la pérdida de empleos para las mujeres, en general, la seguridad económica de las mujeres y el cuidado no remunerado no fueron priorizados: solo el 12 % de las políticas laborales/de protección social abordaron la seguridad económica de las mujeres y solo el 7 % apoyó el trabajo de cuidados no remunerado.
El informe identificó las siguientes 5 lecciones importantes sobre la igualdad de género: (1) se necesitan instituciones sólidas para una respuesta de género inclusiva, (2) la participación y el liderazgo de las mujeres en la acción gubernamental con perspectiva de género son fundamentales, (3) los países con sistemas de protección social más sólidos tienen ventajas a la hora de responder mejor a las crisis, (4) las herramientas digitales pueden permitir el activismo feminista en línea y el despliegue de apoyo, y (5) la recopilación de datos es muy importante para informar la respuesta del gobierno y la recuperación de la crisis.
Representantes gubernamentales y de la sociedad civil de Fiji y Kenia presentaron las respuestas de sus respectivos países a la pandemia de COVID-19. El Ministro de Fiji hizo una presentación en la que, reconoció el fracaso nacional para abordar la violencia contra las mujeres durante la pandemia, a pesar de que el país integró un grupo de trabajo para abordarla. Un representante de la sociedad civil de Kenia compartió algunas claves que permitieron que el país desarrollara una respuesta con perspectiva de género: asegurarse de que las mujeres tuvieran puestos clave en los comités de recuperación, identificar el trabajo de cuidados como una política prioritaria, abordar las políticas nacionales de cuidados y trabajo doméstico no remunerados, puesta en marcha de un paquete de estímulo económico, que además aseguró la participación de las mujeres en comités económicos clave. Finalmente, actores de la sociedad civil de varios países divulgaron sus experiencias sobre las respuestas a la violencia de género de sus países.
